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“Los días enteros de caminatas por el bosque permitieron que me olvidara por completo del hombre. Los animales, las plantas y el milagro del crecimiento; ese era mi mundo”
Werner Bischof.
Y nos venden una vida tan chiquita.
Pocas cosas parecen más móviles, inseguras o dispuestas a fugarse que estas dos nenas jugando con el agua de la imprevista lluvia.
Como si fuera posible que hubiera 500 días de verano.
Se iba yendo la lluvia, la gente más calma, y los ojos eligieron con que quedarse.
El cielo se abrió y parecía el cielo de otros lugares que había mas adelante y todavía no conocía.
Hubieran sido posibles 500 días de verano?
Ahora mil vidas nuevas, dicen lo contrario.