martes, 4 de octubre de 2011

Cerca mio







































Desde donde yo estaba, veía a Fran.
Hábil, práctico, curioso; destejía cables; unía piezas imprescindibles.  Creaba.

Yo buscaba con sigilo una manera,  como si con un susurro lograrar cambiar el aire, y así distraerlo de su hechizo de niñez;  para que me mire con su cara preciosa.
Y quedarme muda por ser sorprendida, al  fin bajar la guardia y  sonreírle; y de algún modo, de algún modo, comunicarle algo del inmenso  amor que siento por él.

Fran, Francis, Francin.
Francito,  calor de mi vida.