jueves, 7 de octubre de 2010

Zenobia




“ (...) Zenobia, su mujer, su amante, su novia, su secretaria, sus manos para todo lo práctico ( su peluquero, se ha llegado a decir de ella), su chofer, su alma”.

Bartebly y compañía, Enrique Vila- Matas


Este ensayo, sobre todos escritores del No, al decir del autor, relata la historia de grandes escribientes que en un algún momento determinado, y de la nada, deciden o se abandonan a no escribir más.

Esta es la es la historia de Juan Ramón Jiménez y su mujer, Zenobia, de cómo dejó de escribir.
Muerta Zenobia, ya no le interesa nada su obra. Caéra a partir de ese día, en un silencio literario absoluto y vivirá sólo para pisotear a fondo, como un animal herido, su propia obra.

Todo es movimiento. Todo es luz.

No resulta fácil dar cuenta, siquiera aproximada, de la cantidad de episodios, de casualidades, de aproximaciones que deben sucederse para el encuentro de dos personas. Y todo con una densidad que impide la reducción.

Luego, cuando ya deja de ser un bosquejo, cuando se traza un camino y hay cierta paz, tal conocimiento no deja de ser una empresa atrevida, exuberante de matices.

Es sólo atreverse a inclinarse ante ella, sin temor a convenciones, a rupturas, a formatos, a caducidad… Imitando el vaivén del agua en la orilla, (acercarse, rozar, alejarse), comprendiéndolo, permitiendo el juego. Crear de la nada, aprender los matices, aprender los olores.

5 comentarios:

  1. Estoy encorbado como los viejos sobre el monitor tratando de entender que hay en esa silla. Me provoca mucha curiosidad, qué hay ahí que pueda ser más frágil que esos dos pares de piernas? Como se lidia con una muerte tan inminente?
    Muy linda imagen Juli

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  2. Texto e imagen se encuentran. Combinación perfecta. Bravo, Jul. Bravo exhaltado como al recital del sábado.

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  3. Tiene un tono muy melancólico esta imagen, dos abuelitos en una estación de tren en saavedra, muy bella.

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  4. Me aniquilo!!! es tierno, y da miedo, ojala llegue a esa edad con tanto amor!

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  5. me quede pensando en varias cosas con todo esto,
    cuantas ganas tiene que tener uno de querer desaparecer como para dejar de hacer lo que hace, un escritor que deja de escribr esta castigandose a si mismo, solo sentarse a esperar el final,, y lo que dice Eze, como se lidia con una muerte tan inminente.. la misma pregunta me dio una posible respuesta, si es inminente no podemos hacer nada al respecto, calculo que la aceptacion de que la muerte es parte de la vida se convierta en un pesanmiento tactil y cercano, inevitable y para los mas optimistas quizas tambien sea un nueva aventura.

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